Con la llegada de las lluvias, no solo muchos barrios lejanos al centro están sufriendo incomodidades propias de las inundaciones, sino que la misma zona comercial y el mercado han tenido que soportar las inclemencias del ocasional invierno en Maicao.
A los sectores que ya en otro reportaje ha citado este medio de comunicación, se suman ahora otros barrios que por estar ubicados en lugares de alta vulnerabilidad a las lluvias, sus habitantes están solicitando ayuda al gobierno departamental y local y en lo posible al nacional para poder sobre llevar esta difícil situación.
Los barrios que ahora han lazado un S.O.S son No hay como Dios, Villa del Sol y varias comunidades adyacentes que fueron tomadas últimamente por colectivos indígenas y ciudadanos colombianos retornados desde Venezuela.
En esos sectores, la miseria, la desesperanza y la pobreza es evidente. Dicen no contar con ninguna clase de ayudas por parte del gobierno. Ni el ingreso solidario ni las canastas humanitarias que fueron ordenadas por el gobierno nacional.
Jaqueline Borja, habitante del barrio No hay como Dios, dice uno de los problemas actuales, es que las lluvias están a punto de mandar al suelo un poste que es el soporte de la energía y está ubicado en plena zona recreacional del sector, para lo cual solicitó ayuda inmediata para evitar una tragedia.
Por su parte Carmen Solano, secretaria de la junta de acción comunal, asegura que aunque las lluvias no han sido tan fuertes, ya se están viendo las primeras consecuencias como es el caso del arroyo parrantial que bordea el sector y la saturación de un manjol que contamina la zona cuando llegan las aguas lluvias.
Esas aguas contaminadas, asegura la dignataria, llegan al arroyo que a su vez circunda una comunidad indígena que tampoco está amparada con las ayudas humanitarias, lo que empeora más la situación de pobreza e higiene que están viviendo en un anillo que se le conoce como la oreja del caracol.
Esas comunidades de los sectores citados tienen problemas con muchos servicios públicos como la falta de energía eléctrica en óptimas condiciones y la ausencia total del agua.
Advierte Solano que el municipio sí tiene conocimiento de esta situación que se vive en esos barrios y que testigo de ello los radicados que desde pasadas administraciones han hecho llegar a la oficina de planeación poniendo de presente estas difíciles circunstancias por la que están atravesando.
