Las vendedoras de flores se apostaron en la puerta del campo santo San José pero no hubo ventas.
Las vendedoras de flores se apostaron en la puerta del campo santo San José pero no hubo ventas.
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El que acaba de pasar, primero de noviembre, no fue el mejor día ni para los difuntos ni para quienes en esa fecha aprovechan para hacerse a unos pesos con la venta de las flores, las velas, las coronas y otros artículos que gozan de una buena comercialización ese día.

Fue un día flojo y frío no solo para los vendedores sino también para los dolientes. Fueron muy pocos los que se movieron como en otros tiempos a visitar las tumbas, a ofrecerles una oración, un rezo, a prenderle una vela o sencillamente para disfrutar por un rato de un encuentro con el lugar donde se encuentran sus seres queridos.

Magnolia una venezolana quien lleva varios años en Maicao dijo que en esta oportunidad las ventas estuvieron muy malas a pesar que los artículos más cotizados tenían precios para todos los públicos.

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“Mirá chico,- le dijo al reportero-, este año las coronas, las flores las tenemos más baratas, las hemos rebajado hasta donde tu menos pensai pero ni así la gente está comprando. Es más nosotras estamos aquí en la puerta del cementerio y no hemos visto entrar a la gente como en otros años” dijo en tono aunque alegre pero combinado con cierta nostalgia de ver que el negocio no resultó.

Los comerciantes atribuyen a la baja de las ventas a varios factores que se cruzaron como la pandemia, el miedo de la gente a salir para no contagiarse y a la crisis económica que en general ha dejado la emergencia sanitaria en el mundo.

Las redes sociales han cambiado también las costumbres antiguas de visitar a los difuntos en el cementerio y por el contrario los dolientes se dedican a montar fotos de sus seres queridos para recordarlos y lograr así el reconocimiento de quienes les conocen identifican y les manifiestan su cariño por esas pérdidas.