Residentes encuestados.
Residentes encuestados.
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Son múltiples, variadas, diferentes y hasta raras las emociones que algunos padres sienten o experimentan cuando sus hijos se van de la casa, ya sea a estudiar, a trabajar o porque sencillamente se casan.

Este medio recogió diversos conceptos con el fin de conocer muchas apreciaciones y experiencias en torno a un tema que se presenta casi a diario por la dinámica misma de la vida de los seres humanos que luego de reproducirse, crecen y vuelan como lo hacen algunas especies animales.

Micaela Serrano
Micaela Serrano.

“Cuando mis hijas se fueron a estudiar, sentí su ausencia ya que las actividades diarias de mi vida las realizaba con ellas, por ejemplo en la hora de las comidas, al momento de reunirnos a comer, yo de manera inconsciente las llamaba para que llegaran a la mesa, pues siempre fue costumbre comer juntas” En esos términos opina y con notable nostalgia Micaela Serrano una ama de casa y madre de 7 hijos, 6 mujeres y un hombre.

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Alexander Medina Martínez
Alexander Medina Martínez.

Para Alexander Medina Martínez, todos pasamos por esa etapa porque esa es una ley de la vida, pero no puede ocultar que en los primeros días que los hijos ya salen de la casa se siente una nostalgia que solo va pasando con el tiempo.

Asimismo, para Rosa María Celedón, excandidata al concejo de Maicao, independientemente de cual sea la circunstancia, ya sea que se casen, se vayan a la universidad o quieran independizarse lo que se siente es un gran vacío, una soledad. “Es una realidad aunque nosotros como padres nunca lo queremos aceptar. Sabemos a conciencia que los hijos crecen, que se independizan, que tiene que casarse y que tienen que irse porque los hijos no son para toda la vida”, asegura.

Rosa Maria Celedon es apegada a sus hijos desea siempre vivir muy cerca de ellos
Rosa Maria Celedón es apegada a sus hijos desea siempre vivir muy cerca de ellos.

Dice, que lo que más se siente es tristeza, soledad, un vacío en la casa, en el hogar y también se siente temor que no les vaya a ir bien, que ellos no se sepan defender solos porque no sepan a que se vayan a enfrentar ellos en la vida. Asevera que por distintas circunstancias dos de sus hijas ya casadas aún están en casa y eso la tiene tranquila porque en su concepto los hijos son parte de las entrañas de la madre.

Margot Barrios
Margot Barrios.

Margot Barrios de 63 años vive sola. Es madre de seis hijos dice que se siente sola y que la han abandonado.

Marcial Ayala
Marcial Ayala.

Marcial Ayala padre de tres hijos, dice que la ausencia de su hija que está casada le produjo un vacío inmenso que no ha podido superar. “Uno siempre quiere que los hijos estén con uno porque ellos son la vida de uno, no importa que ellos den cantaleta porque lo importante es que ellos hacen que uno esté vivo porque ellos son los responsables que uno trabaje y pueda salir adelante” asegura.

Ángel María Escorcia
Ángel María Escorcia.

Para Ángel María Escorcia dice que lo que se siente es soledad porque hacen falta. “Tengo tres hembras y un varón que vive en Riohacha y voy para dos años que no lo veo” recuerda con nostalgia.

Para Orlando Meza, es como si le fuesen quitado parte del cuerpo porque uno los hace, los cría y los ve crecer y su ausencia produce tristeza.

María Helena Martínez
María Helena Martínez.

María Helena Martínez tuvo sólo una hija, dice que son muchas cosas las que se juntan en el momento entre ellas, tristeza y decepción. “De todas formas uno tiene que entender que cuando ellos crecen ellos mismos buscan su camino, por eso uno tiene que guardarse su dolor y aprender a convivir con ellos aunque es difícil porque toda una vida conviviendo ellos y de pronto se van así, sin más allá y sin más acá”, dice en tono nostálgico.

Rafael Toro
Rafael Toro.

“Todo bien. El día que se fueron pensé que volvían y no han regresado”, afirma con mucho pesar y dolor Rafael Toro un vendedor de Loterías padre de dos hijos.

Gustavo Mejía
Gustavo Mejía.

Un vacío y preocupación. Eso es lo que siente uno porque la vida que ellos van a tener es diferente a la que llevábamos en la casa. Se preocupa uno por lo bueno y lo malo que les puedan pasar” dice Gustavo Mejía padre de tres hijos que ya son libres.