Él es Herney Paternina, orgulloso de ser de la sabana sucreña, esa misma zona que hace parte de la subregión de La Mojana.
-Publicidad-
-Publicidad-

Las ricas zonas en humedales de la Mojana no resultaron tan atractivas para este hombre que prefirió Maicao donde lleva 35 años echando raíces y donde dice con seguridad, sentirse muy amañado porque esta ciudad le ha dado todo.

No oculta que fue un señor mayor que él quien le enseñó a preparar la mazamorra de maíz, trabajo del cual deriva su sustento y el de su familia desde hace varios años.

Él es Herney Paternina, orgulloso de ser de la sabana sucreña, esa misma zona que hace parte de la subregión de La Mojana. Comenzó vendiendo tinto y muchas cosas más con lo que ha logrado ser independiente sin trabajarle a nadie. Algo que dice con propiedad.

-Publicidad-
-Publicidad-

Con ese mismo empeño, dedicación, disciplina y empuje ha logrado sacar adelante a sus cuatro hijas, tres de las cuales ya están casadas y una aún en casa estudiando. Casa propia, afirma con orgullo. “Dios me ha bendecido aquí y eso me dice que uno no es de donde nace, sino de donde se siente bien” reflexiona.

Cada vez que puede, luce con alegría su camiseta del junior porque afirma que como buen costeño es seguidor del equipo barranquillero. Cuando se le pregunta sobre qué le hace falta a Maicao, hace una pausa para contestar y dice que no solo a Maicao sino a la sociedad en general le hace falta tener a Dios en su corazón porque es el único que le puede dar a los seres humanos equidad.

Afirma que el sabor de su mazamorra que tiene hipnotizado a Maicao se lo debe a la gracia de Dios, el amor y empeño con que él hace las cosas. De momento aflora una sonrisa para contar que la mayoría de sus clientes dicen acordarse de la mamá cuando prueban su mazamorra de maíz.

Es un enamorado de su trabajo, pero revela que aprovecha generalmente los sábados y domingos para descansar y compartir con la familia, días en los que sus clientes extrañan el grito mañanero… ¡La mazamorra de maííííííz!