Dependiendo de las exigencias del cliente, este grupo de serenateros pueden ser tres u ocho integrantes. Todos venezolanos, dicen que llegaron a Colombia a trabajar y que están muy agradecidos por la acogida en esta nación donde han encontrado el respaldo de su gente. De acuerdo al número de artistas así es el costo del servicio.
Estos zulianos tienen ya tres años de estar en Maicao con su mariachi, sus guitarras y demás instrumentos alegrando las vidas y llevando su música a todos los lados no solo cantando para ganar el sustento sino enseñando a quien lo necesite. Insisten en que llegaron a colaborar, a ser grandes y a formarse.






Para promocionarse, cantan en donde quiera encuentren grupos de personas como en las afueras de los bancos y puntos de pago donde la gente los oye y luego los contratan. Admiten que aunque la situación no está muy buena, siempre hacen para medio comer.
Rodríguez, con Richard y Aníbal conforman el grupo de Mariachi Son Serenata que tienen listas las canciones para todas las ocasiones como los 15 años, día de la madre, el cumple del papá y hasta en algunos sepelios han hecho sus interpretaciones por petición de los dolientes, quienes según los artistas han quedado muy conformes.


Dicen que no tienen queja de nada, que han recibido buen trato tanto de los ciudadanos civiles como de las autoridades, quienes han mostrado su solidaridad con el grupo en todo momento. “Nos han tratado como humanos y hermanos que somos. Las personas colombianas son muy educadas y nos han tratado muy bien”, aseguran casi que al unísono los tres y aseguran que llegarán hasta donde Dios se los permita porque todos sus proyectos los ponen en manos de él.
Aunque en Venezuela todos tienen distintos trabajos, la música los unía y aquí en Colombia es lo único que hacen ante la falta de un empleo especifico. Para todos los públicos tienen canciones por eso se han ganado el aplauso de todos. Testigos de sus presentaciones son los habitantes de Uribia, Manaure, Carraipia y Maicao donde según ellos gozan de un particular aprecio.
A trabajar salen desde bien temprano porque aseguran que nunca falta la serenata de la mañana para un cumpleaños u otro motivo. Dicen que en esa vida de serenateros se ve de todo, porque no todo el mundo tiene el mismo humor y muchas veces algunos están contentos y otros no tanto, por lo que están preparados cada vez que los buscan para una serenata.