Su desarrollo ha sido próspero de la mano de voceros comunales diligentes. Mimi Cotes su presidenta, recuerda que la fundación fue un 7 de agosto de 1983 y que desde ese momento comenzó un progreso ininterrumpido. Sus calles están todas pavimentadas, tiene todos sus servicios domiciliarios, su escuela, su parroquia y hasta una estación de taxi.
«Somos una urbanización muy pujante, unidos, limpia y nos caracterizamos por ser personas de bien y con hijos de buenas costumbres», dice con orgullo Mimi quien trabaja por el sector de la mano de sus coequiperos, Yoisy la vicepresidenta, Eloín el tesorero, Marla la secretaria y Magali la fiscal.
Advierte que es una urbanización que todo lo que se ha propuesto lo ha conseguido gracias al empeño y dedicación de las diferentes juntas de Acción Comunal que han sido muy unidas y colaboradoras desde que nació el barrio.
La celebración este año fue de las más tristes por el fallecimiento por el covid-19 de muchos moradores; entre ellos varios fundadores, lo que afectó a varias familias.
Recuerda Mimi con nostalgia que antes eran unas celebraciones con mucha alegría y espectaculares pero que por cosas de la vida este año la situación es apagada y diferente. A lo de la pandemia se sumó los casos de inseguridad protagonizados por los migrantes venezolanos que le han causado mucho daño al sector.
La urbanización tiene 162 familias distribuidas en igual número de viviendas en nueve manzanas escoltadas por varias casas en sus alrededores.