Las temáticas comunes en las canciones vallenatas distan de la realidad discursiva de la canción que está siendo analizada en el presente texto ya que estas son en su mayoría: la naturaleza mujeriega del hombre guajiro, la mujer celosa, la felicidad y amistad expuestas tal cual sentimientos de trascendencia valorativa e inherentes a la cultura guajira.
Asimismo se distingue el abordaje de las costumbres ancestrales desde una perspectiva distintiva, siendo el vallenato la materialización del deseo de individualidad colectiva en calidad de guajiros. La canción es autoría del compositor de música de acordeón, Hernando José Marín Lacouture oriundo de El Tablazo, corregimiento de San Juan del Cesar, sur de La Guajira y quien falleció en un trágico accidente de tránsito el 5 de septiembre de 1999.
Posteriormente, los aspectos tomados como préstamos del género de protesta, materializados en el acto discursivo de la canción vallenata ‘La Dama Guajira’, se hacen notorios en la medida en que, el autor expresa la lucha por la reivindicación de su pueblo reprimido por generaciones, exigiendo los recursos correspondientes para cada guajiro, pues, de las riquezas naturales halladas en sus tierras ancestrales, principalmente el carbón mineral.
Tras las riquezas de La Guajira se han beneficiado infinitud de multinacionales, mientras que los indígenas wayuu se sumían cada vez más en la pobreza desde la llegada de la empresa Cerrejón Zona Norte S.A. en el año 1979.
El autor hace de ‘La Dama Guajira’ un arma a disposición del pueblo para lograr mediante el discurso de protesta, una exhortación desde una perspectiva descriptiva dando paso a las representaciones mentales de un imaginario colectivo en el cual, la explotación del hombre por el hombre se da en el marco de una cultura de los poderosos, quienes debido al estatus que se auto imponen pretenden disponer del bien material, ancestral y natural de las tierras Guajiras.
En este orden de ideas, el elemento fundamental de protesta en esta canción es: la defensa del carbón mineral como bien material/natural e inmaterial en su sentido ancestral. Grandes potencias desde su descubrimiento han tomado parte mientras que la población guajira no ha obtenido más que miseria.
La referencia más antigua sobre la existencia del carbón en La Guajira parece estar en un informe de John May, contratado por el gobierno nacional para la exploración minera en La Guajira y quien reportó su descubrimiento en 1862, dando cuenta del hallazgo de este mineral situado “a orillas del río Cerrejón en el Distrito de Padilla” (John May, 1862).
“Claro tiene gas que es una ganga, la sal de Manaure y su carbón de piedra” (Marín, 2006, 3:21-3: 48).
Después del informe de May la asociación conocida Cerrejón Zona Norte S.A., aumentó sus intentos por extraer el oro negro en el año 1979, y fue así como espacios ancestrales para los wayúu, se convirtieron en objeto de negociaciones y conflictos entre comunidades del pueblo wayúu y la industria carbonífera, que necesitó cerca de 38.000 hectáreas –en la Media y Alta Guajira– para la infraestructura de la mina.
En ese punto, empezó el desosiego que traía además, a bordo el desplazamiento forzado de muchos indígenas wayuu que pese a las altas sumas de dinero que les ofrecieron por sus tierras decidieron no venderlas.
“Colombia (…) parece un caballo desbocado con un jinete malo sin quien lo detenga y ese jinete viene enamorado y como es india cree que esta de venta”
Es así como en este verso el cantautor, deja ver el accionar del presidente de la época quien decide disponer del oro negro guajiro excluyendo de aquel contrato, a quienes por herencia ancestral les pertenecen esas tierras asumiendo la apropiación de estas y cambiando la significación de las mismas, pasando de ser bien de uso para convertirse entonces en bien comercial.
“Bajo el gobierno de Alfonso López Michelsen, se firma hoy el contrato de asociación entre la empresa estatal Carbocol y la transnacional Intercor para explorar, explotar y exportar la Zona Norte de El Cerrejón. Este contrato se contemplarán tres etapas: Exploración (1977-1980), construcción (1981-1986) y producción (1986-2009)”.
(Se firma triunfal acuerdo para La Guajira, (19 diciembre de 197), La Guajira hoy, p.15)
Posteriormente, la declaratoria de comercialidad de la mina, fue promulgada por el presidente Julio César Turbay Ayala en Riohacha en septiembre de 1980. Consumando así una ofensiva y atentado para con los guajiros y sus creencias y tradiciones ancestrales para con ma-a la madre tierra bajo la premisa de “oportunidades de trabajo y garantías en materia de educación para el pueblo Guajiro.”
“Ahora que la dama tiene plata viene el galán a la casa y promete quererla” (Marín, 2006, 3:21-3: 33).