miércoles, septiembre 11, 2024

Dejen hacer….

Wary Samir Arrieta Pinedo
Wary Samir Arrieta Pinedo
Profesional en negocios internacionales, docente de Inglés, excandidato al concejo de Riohacha, expresidente de comisión de asuntos jurídicos y políticos del modelo de la asamblea general de Organización de Estados Americanos.

Para poder entender esta columna, debemos mirar un poco al pasado, cuando el 22 de febrero del 2017 el gobierno de Juan Manuel Santos decidió intervenir a La Guajira en el manejo de los recursos en educación, agua potable y salud; a causa del despilfarro que la administración departamental de La Guajira le dio a estos recursos.

Esta intervención estaba destinada a terminar en el año 2020 (este año), pero el gobierno nacional decidió ampliar dicha intervención por dos años más, argumentándose en que algunos municipios no han cumplido con lo pactado, demostrando una vez más la desconfianza que tiene el gobierno de Iván Duque con la nueva administración de La Guajira.

Esto generó un rechazo rotundo desde el gobernador del departamento Nemesio Roys, hasta los alcaldes de los 15 municipios de La Guajira, que le pidieron al gobierno nacional que no continuara con la intervención, y la señalaron de inconstitucional.

Entendamos ahora que esto se dio antes de la situación con la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial, y que obviamente iba a afectar a Colombia y sus ciudades. Ahora bien, el país no estaba preparado para enfrentar este problema, tanto se ha demostrado que gracias a la gallardía e iniciativa de los gobiernos locales, se ha tratado de mantener la situación controlada, y el gobierno nacional es el gran ausente en esto.

Pero esa ausencia es la que está impidiendo el accionar en temas de salud a La Guajira. Cabe recordar que el departamento solo cuenta con tres hospitales aptos para atender personal en urgencias, y entre los tres suman un poco más de 100 camas de UCI para atender personas afectadas, es decir; con un poco más de 100 camas para una población de más de un millón de personas.

Ese es el principal malestar de la administración departamental, dadas las necesidades de los hospitales y no poder hacer nada a causa de la intervención en temas de salud, es decir que el gobierno nacional no ha dejado hacer nada a la administración.

Pero al parecer se han adelantado diálogos donde se ha mostrado la voluntad de levantar la intervención temporalmente, ¿en serio? ¿Temporalmente? Dejar a la suerte a los guajiros dado que el gobierno nacional no ha encontrado la forma de hacerle frente a esta pandemia, es riesgoso, y el por qué es por la simple razón; que si el gobierno departamental falla en esta gestión, será un mal antecedente para que el gobierno nacional pueda argumentarse de señalar de inexperto a la administración.

Dejándonos a la suerte, la responsabilidad caería directamente en todos los guajiros, por eso, se espera que el levantamiento de la intervención sea definitivo, dándole al gobernador y a los 15 alcaldes, la autonomía de poder asegurar recursos y velar por el bienestar de los guajiros asentados en el territorio.

Es tiempo de que el gobierno nacional deje hacer su trabajo a los guajiros, sabemos que hemos pasado por tiempo difíciles y estamos empezando una reestructuración político/administrativa y necesitamos que se nos respete la autonomía administrativa que menciona nuestra constitución política.

Dadas las circunstancias, la tarea que le espera al señor gobernador de La Guajira y todo su equipo de trabajo es inmensa y hay que reconocer la determinación que han tenido para contrarrestar los problemas que se han presentado.

Para finalizar esta columna de opinión; hago llamado al respeto por parte de los ciudadanos a las normativas decretadas por la administración y hago un llamado a la resiliencia; entendiendo que esta última es la capacidad de afrontar situaciones difíciles, saber adaptarse, sobreponerse y recuperarse, y salir fortalecidos de todo esta proceso.

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