Industria musical en UCI

Lerwin Andrés Toncel Hinojosa
Lerwin Andrés Toncel Hinojosa
Contador público, asesor contable, tributario y legal. WhatsApp +57 323 367 5369

Han pasado aproximadamente 3,5 meses desde que el ministerio de Salud anunció el lunes 16 de marzo que se limitaban los eventos masivos a 50 personas y el cierre de bares y restaurantes a nivel nacional, con el fin de evitar aglomeraciones y darle inicio a lo que sería un largo tiempo de confinamiento a causa de los brotes del virus covid-19 que estaban iniciando en nuestro país.

Fue así entonces, como inició lo que sería una crisis económica en la industria musical y del entretenimiento la cual consta de eventos masivos con artistas de distintos géneros, de los que pueden disfrutar las personas por medio de la adquisición de una entrada pagando una suma monetaria correspondiente al tipo de artista, escenario y lugar donde se presente.

La industria musical hace parte del proyecto de economía naranja del actual presidente Iván Duque, el cual en campaña impulsó muchas propuestas para darle crecimiento y mayor visibilidad a dicho sector, pero que en medio de la pandemia y la imposibilidad de los artistas de ejercer su profesión, todo ha quedado en promesas y discursos de campaña.

Es tanto el olvido que ha tenido el gobierno nacional y local por los artistas que en medio de su desespero por obtener ingresos y con el objetivo de suplir las necesidades básicas de su hogar, deben buscar opciones secundarias de trabajo, formales e informales, ya que aún después de tantas peticiones que se han hecho a los gobernantes de auxilios o subsidios para este sector, a la fecha la respuesta no ha sido positiva en ningún sentido.

Así entonces, los artistas de los distintos géneros además se han visto en la necesidad de reinventar sus servicios y comenzar a presentar eventos por medio de plataformas de virtuales, donde para apoyar a los mismos las personas deben cancelar una suma monetaria con el fin de acceder al concierto en línea de su artista favorito, o presentan conciertos de acceso gratuito en el que quienes asisten pueden hacer donaciones voluntarias para la distribución entre quienes participan en el evento.

Es claro entonces, la crisis de los empresarios de la industria musical y de los artistas por la limitación en el poder ejercer su profesión y recibir una remuneración por brindar shows musicales a los asistentes, evidenciándose además la poca gestión por parte del ministerio de Cultura para darle apoyo a los independientes pertenecientes al sector cultural.

Por su parte, el gobierno nacional y algunos mandatarios departamentales en los últimos días han creado convocatorias de tipo cultural para financiar proyectos que presenten los interesados, lo que vendría siendo un proyecto excluyente el cual debería ser contrario a esto incluyente ya que se trata de garantizar que todos los artistas tengan en medio del confinamiento la posibilidad de suplir sus necesidades básicas y las de sus familiares, no solo una parte de ellos o quienes apliquen a las mencionadas convocatorias, lo que llevaría a que los subsidios para el sector sean distribuidos en términos de igualdad como se hace con los beneficiarios de programas como ingreso solidario, jóvenes en acción, familias en acción, adulto mayor, etc.

Finalmente, la realidad muestra que en los próximos meses no se podrá iniciar con conciertos en vivo o eventos masivos ya que estos generan aglomeraciones y el país pasa por uno de los puntos más críticos de la pandemia, donde la invitación es a las organizaciones gubernamentales a fijar mayor interés sobre la industria musical, ya que la crisis tiene a los pertenecientes a este sector en Unidad de Cuidados Intensivos – UCI económica, y que las propuestas de campaña e inversión sobre la economía naranja comience a brindar los alivios y beneficios que tanto prometieron.

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