Riohacha, sin norte

Elimenes Brugés Guerra
Elimenes Brugés Guerra
Exrector de la universidad de La Guajira. magister en estudios político-económicos, especialista en administración de empresas, ingeniero industrial.

El filósofo italiano Séneca, dijo hace mucho tiempo, que ningún viento es favorable para quien no sabe a qué puerto se encamina. Palabras más o palabras menos, también significa esto que ningún camino es bueno cuando no se sabe para dónde se va, y esto es lo que le está pasando a nuestra legendaria Riohacha.

Fijar un rumbo, tan claro como sea posible, es lo que permite percibir las oportunidades en un momento determinado. Riohacha cambió de categoría y pasó desde el 2015 de municipio de cuarta a distrito Especial Turístico y Cultural. Esto, que para el entonces burgomaestre era el mejor regalo para Riohacha en sus 370 años, no se ha traducido ni en obras ni en calidad de vida de sus habitantes seguimos igual o peor que antes.

Riohacha sigue como venía: sin laguna de oxidación, sin planta de tratamiento de aguas residuales, cobertura minúscula en alcantarillado pluvial, sin matadero o planta de sacrificio de especies animales para su posterior consumo, sin alta cobertura de acueducto, sin terminal de transportes, con altos niveles de desempleo y de informalidad en el empleo, con niveles ínfimos de competitividad, con pobreza extrema, con desnutrición infantil agravada y póngale un etcétera para que el llanto no aflore.

Y hoy por hoy, tampoco tiene un Plan de Ordenamiento Territorial, ese que llaman POT y que por la calidad de Distrito que ostenta, debería tener un POT con todas las de la Ley que le sirva al ente territorial junto con los Planes de Desarrollo como hoja de ruta para alcanzar un mejor estar. Para llegar hay que conocer el camino y no se cuenta con un camino cierto. Por eso, también, estamos como estamos.

Los últimos mandatarios locales, llámense Bermúdez, Suaza, Velásquez o Ceballos , solo han servido como instrumentos de la continuidad que no logra superar a sus propios intereses particulares.

Se vuelven expertos en diagnósticos cuando preparan la campaña electoral y expertos en ejecución cuando pueden sacarle partido a la contratación pública sin importar si está consignada o no en su Plan de Desarrollo, que para eso se elabora con programas de amplio espectro donde todo cabe.

Acueducto, alcantarillado y sanidad pública son los grandes males del Distrito de Riohacha. Cobertura y calidad para cada uno de esos factores nos indican que somos parte de la Colombia triste que se debate entre la miseria y la indiferencia.

Referente al agua para el consumo humano, su tratamiento y distribución han constituido problemas de siempre, pero algunos mandatarios mediante la figura de la concesión han pretendido que el negocio a contratar también llegue a sus propios bolsillos. Otros, con sospechosas inversiones millonarias, continúan rindiendo cuentas a la Procuraduría y a la Fiscalía por malversación de fondos públicos.

El chicharrón de la Laguna de Oxidación tiene más de treinta años de atrasos y en ella han tenido que ver gobernantes municipales y departamentales, algunos con vicios de corrupción, desidia y malversación. Mientras, las aguas negras siguen llegando al mar en un Distrito que quiere ser turístico y en contra de la salud de la población.

Pero, no hay necesidad de seguir relatando ejemplos.

Lo cierto es que no hemos sabido escoger a nuestros gobernantes. Ni siquiera a nuestros concejales que terminan, casi siempre, salvo excepciones, amangualados con el ejecutivo de turno para repartirse prebendas no muy santas. De allí que en la campaña que se avecina la mayor responsabilidad deberá recaer sobre los riohacheros de nacimiento o por adopción para lograr un gobernante que piense mas en las necesidades de la gente que en su beneficio propio.

Se requiere un alcalde de alta experiencia en el manejo de lo público, que entienda, y así lo haya demostrado, que los recursos públicos son recursos sagrados e intocables; alguien que esté dispuesto a ser transparente en su accionar público o privado, que entienda la política como el arte del servicio y no del autobeneficio, y que esté dispuesto a generar procesos de igualdad de derechos. El ciudadano tiene la palabra y la acción.

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1 COMENTARIO

  1. Riohacha no necesita ese personaje con «alta experiencia en el manejo de lo público», Riohacha lo que necesita es alguien comprometido con este villorrio que está a punto de ser fallido y con su gente.

    Ese alguien debe estar convencido que la «primitis» y la «tiitis» aquí es un cáncer; debe estar convencido que la palanca es un cáncer, y caldo de cultivo para la corrupción, pero ante todo, debe ser una persona que su Programa de Gobierno, no sea simplemente eso, un Programa, sino que este debe ser una Prospectiva…

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