Los guajiros estamos cansados de los bloqueos de las carreteras

Danny Daniel López Juvinao
Danny Daniel López Juvinao
Ing. en minas, Dr. en ciencias gerenciales, Docente Tiempo Completo en la universidad de La Guajira y escritor.

La Guajira tiene muchos problemas estructurales: la desnutrición de los niños (que ha ocasionado la muerte de muchos), el transporte escolar, el programa de alimentación PAE, el mal estado de las vías en el Sur del departamento, el elevado costo de la gasolina, la baja cobertura del agua, la migración de venezolanos, el desempleo, el pago impuntual a los profesores, los impactos socio ambientales del Cerrejón, entre otros.

Por lo anterior, se ha vuelto común que en el departamento se bloqueen las carreteras, debido a que es la única forma que han encontrado los protestantes para ser escuchados por el gobierno local y nacional, y así, obtener respuesta ante las problemáticas que estamos enfrentando como territorio.

Cabe considerar que, esto ha traído consecuencias en el costo de vida de los guajiros, se han alterado los sistemas de abastecimiento regional, los precios de los alimentos, las ferreterías, las empresas de envío, los almacenes, etc. También, se ha afectado el turismo en la región, debido a la inestabilidad que existe, lo cual ha perjudicado a muchos habitantes de La Guajira que obtienen su sustento por medio de este importante sector económico.

En efecto, quienes protestan están en todo su derecho de realizar manifestaciones, pero esto nos está afectando, sobretodo en el ámbito económico, porque no podemos tener un desempeño normal de las actividades comerciales, lo que implica menos ingresos y mayores niveles de informalidad laboral. Al final, es el mismo pueblo (y no los políticos) quien se está perjudicando con tantos cierres de vías.

Evidentemente, es innegable que se necesita la presencia del Presidente Petro en La Guajira, para darle cara a todo este tipo de situaciones, que no son culpa únicamente de él, pues no tiene ni siquiera el año de haber asumido su cargo. Es una problemática que viene de muchos años atrás: de Duque, Santos y Uribe, y de tantos inconvenientes estructurales que se ven reflejados de alguna manera también en la sentencia T-302 de 2017 y que están afectando tanto a la comunidad Wayuu como a los alijunas del departamento.

En todo caso, la pregunta es: ¿Será que no existe otra forma de protestar? Seguramente sí, ya los guajiros estamos cansados de los bloqueos de las carreteras, porque nos están perjudicando notablemente, pero las formas pacíficas de hacer un paro no llaman la atención del gobierno departamental y nacional, pues lo que más priorizan es el aislamiento de las actividades económicas, en ese momento es cuando se alertan los gobernantes.

Entonces, estamos frente a un callejón sin salidas. Bloquear es un método de llamar la atención de manera efectiva, para que vengan representantes de orden nacional y den respuesta (casi siempre de forma temporal) a los problemas que se están presentando; porque incluso, a esos acuerdos, cuando se les hace seguimiento, no se cumplen a cabalidad, lo que hace que los cierres se den de manera repetitiva.

Resulta claro que, la protesta social por ese mecanismo, se ha acrecentado con la llegada de Petro al poder, debido a que el Esmad ya no interviene en los bloqueos de las vías. La cuestión es un poco delicada porque cada vez los paros son más fuertes, anteriormente demoraban alrededor de cuatro a ocho horas, ahora se hacen por tres días o hasta una semana, no sabemos hasta donde va llegar esta situación.

En función de lo planteado, La Guajira está enfrentando una circunstancia socioeconómica muy difícil en cuanto a la salud, educación, infraestructura, servicios públicos, etc.; los recursos son insuficientes, hay muchos venezolanos habitando el departamento, la pobreza es desbordante en los diferentes municipios, por lo tanto, se requiere más atención de orden nacional para buscar soluciones permanentes que no propicien la realización de paros, protestas y cierres en las vías, sino que se logre un beneficio colectivo.

En consecuencia, es nuestro deber como guajiros proponer soluciones y buscar la manera de sacar adelante los diferentes problemas que tenemos, porque gran parte de la responsabilidad es nuestra.

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