Las opiniones expresadas en las columnas de opinión son responsabilidad exclusiva de los autores y no representan necesariamente la posición oficial de laguajirahoy. Escríbale al autor a [email protected].
En el mundo un peaje es una tarifa que se paga por el uso de una infraestructura de una vía que puede ser fluvial, marítima o terrestre. Por ejemplo, se paga un peaje para poder utilizar el Canal de Panamá, o el uso de un túnel que ahorra tiempo y kilómetros o el simple pago que se hace en Colombia para poder usar las carreteras o autopistas.
Es un mecanismo ideal para evitar que los ciudadanos comunes y corrientes, que no atraviesan túneles ni poseen vehículos de transporte, terminen pagando con sus impuestos, las facilidades de los otros, los que sí le dan uso económico a sus bienes de locomoción.
En Colombia cada vez más se habla de peaje pero el incremento del uso lleva otra connotación: peaje, también es lo que hay que pagar a los funcionarios públicos corruptos para que sea posible que los contratos sean viabilizados y pagados. Da vergüenza reconocerlo pero así es en esta maltratada patria que nos toca vivir.






Uno de los más recientes escándalos de corrupción tiene que ver con el despilfarro que se hizo con los recursos destinados a los Pdet, donde quedó demostrado que había un peaje que iba con destino a la Comisión Nacional de Regalías, a Planeación Nacional y uno que otro parlamentario, como requisito para que un proyecto determinado fuera viabilizado para ser ejecutado. Así se embolsillaron los recursos para los territorios más necesitados.
Los Órganos Colegiados de Administración y Decisión nacieron en 2011 cuando se reformó el Sistema General de Regalías que tanto lamentó el Departamento de La Guajira y los otros departamentos productores, generadores de regalías. Desde entonces, todos los procesos de proyectos a financiar con regalías, llevan una revisión técnica por parte del ministerio del ramo, una valoración técnica del Departamento Nacional de Planeación y después se someten a votación del Ocad donde hay votos del gobierno y de representantes de alcaldes y gobernadores.
En esa telaraña de revisiones, conceptos favorables y votaciones, se colaron los peajes y los recursos públicos fueron a parar a los funcionarios corruptos desde alcaldes de pequeños municipios hasta funcionarios de altísima talla como los de Planeación Nacional, Sistema General de Regalías y parlamentarios que impulsaban la decisión final según el peaje recibido por adelantado.
A lo mejor, con buenas intenciones, se pretendía democratizar las decisiones de inversión pública, pero quisieron hacer una gracia y les salió una morisqueta. Pusieron a los ratones a cuidar el queso…..y se desapareció el queso.
El Consejero Emilio Archila, Representante del mismo gobierno en el Ocad Paz dijo que lo que había era una sucesión de peajes. Se robaron más de medio billón de pesos de los municipios más pobres del país.
Las mafias políticas se dieron cuenta de la debilidad institucional de los municipios por lo que se valieron de expertos en elaboración de proyectos técnicos de inversión y se comprometieron a conseguir la aprobación en el Ocad a cambio de un jugoso peaje. Y así lograron embolsillarse los recursos para los más pobres.
Allí también tuvo protagonismo La Guajira. La Contraloría halló sobrecostos exagerados en proyectos de paneles solares para Fonseca, Dibulla y Urumita, proyectos muy parecidos, por no decir que iguales, a los aprobados para Pueblo Bello, Codazzi y Becerril en el Departamento del Cesar.
Todos los proyectos habían sido elaborados por una misma persona que supuestamente donó su trabajo a cada ente municipal sin tener ninguna clase de vinculación con ellos. Los municipios se sometieron al procedimiento y las “diferentes” uniones temporales pagaron previamente el peaje asignado.
Pero, ese peaje que se cobra en los Ocad, también se hace desde hace mucho tiempo en las administraciones públicas, a menor escala. Es en las oficinas donde se elaboran las cuentas, donde se examinan los requisitos y procedimientos para que sea viable un pago y las tesorerías, donde en últimas se procede al pago de los contratos u Órdenes de Pagos.
La corrupción está tan generalizada en las instituciones públicas que los peajes, así sean los de menor cuantía están a la orden del día. Así se siente en La Guajira o en cualquier municipio del país. La diferencia está en el monto aunque se da mucho en especie. Una botella de Whiskey, una caja de chocolates, un regalito aquí y otro allá, no importa, es un peaje para obtener el pago de una cuenta.
Por lo anterior, es mucho lo que hay que hacer para acabar con este flagelo corrupto. No solo faltan normas, también falta conciencia ciudadana. Sobretodo hace falta una ciudadanía que hable, que grite, que denuncie, que las irregularidades no se guarden sino que se ventilen en todos los espacios públicos. Si esto se hiciera así, a lo mejor, dará vergüenza ser corrupto.