Estas benefician a más de 500 estudiantes de la etnia wayuu, quienes podrán regresar de manera segura a las clases bajo la modalidad de alternancia. Esta obra fue entregada a la comunidad por el alcalde de Riohacha, José Ramiro Bermúdez Cotes.
El proyecto se ejecutó con recursos de la administración que superan los COP $685 millones y de la Fundación Ancla, quienes canalizaron aportes de varios cooperantes a nivel internacional, para contribuir con el bienestar de los estudiantes.
Con la entrega de las 26 aulas en ocho centros etnoeducativos de la zona rural de la ciudad, se dignifican las condiciones en las que niños y jóvenes de la etnia wayuu, reciben sus clases.
“Antes estábamos en aulas típicas algo deterioradas, dando clases incluso, debajo de los árboles, pero estamos muy contentos y agradecidos porque estas aulas que nos han construido significan un cambio total para la atención de la población escolar”, señaló Nelson Iguarán Bonivento, director de la institución etnoeducativa número 1, El Arroyo.
Los nuevos salones cuentan con ventilación y suficiente espacio, para garantizar el cumplimiento de los protocolos exigidos por los ministerios de Salud y Educación, para un retorno seguro de los alumnos y profesores a las instituciones en medio de la pandemia por covid-19.
“Este es un avance importante en materia de infraestructura educativa, logrado gracias al trabajo articulado; agradecemos a la fundación Ancla por su importante gestión para que estos niños hoy gocen de estos espacios. Debo resaltar, que esta institución se suma a los casos exitosos de establecimientos educativos que han logrado regresar a clases bajo la modalidad de alternancia, protegiendo la integridad de los estudiantes, docentes y directivos”, dijo el mandatario de Riohacha.
En la inauguración de las 26 aulas, también estuvieron la secretaria de educación distrital, Liliana Movil Rodríguez; la Administradora Temporal de la Educación, Grisela Monroy; el representante de la fundación Ancla, Germán Roldan; docentes y padres de familia.