En el barrio José Antonio Galán de la ciudad de Riohacha, en la intersección de la calle 10 con carrera 15, una familia lucha contra una crisis que ha empeorado su calidad de vida durante décadas: el vertimiento constante de aguas negras.
Desde hace aproximadamente 40 años, los residentes de este sector de Riohacha se han visto afectados por este problema, que se ha vuelto aún más grave en los últimos meses.
“Lo más preocupante de esta situación es que el problema no es solo el derramamiento de aguas negras y de aguas lluvias, si no que el agua potable se cruza con esa tubería ya comprobado por secretaría de Salud, que no se puede consumir el agua que sale de nuestras tuberías, por esta razón nos ha tocado comprar agua potable para poder tomar y cocinar”, indicó Darling Del Prado Marín, miembro de la comunidad y una de las más afectadas.
La familia, cuya casa está ubicada frente al lugar más afectado por el vertimiento de aguas negras, ha sido testigo de las consecuencias devastadoras de esta situación. Además por el fuerte olor y la contaminación del ambiente, han experimentado problemas de salud tanto a nivel externo como interno. Los miembros de la familia han sufrido afectaciones en la piel, problemas estomacales y respiratorios, incluyendo neumonía y alergias respiratorias.
A pesar de sus constantes esfuerzos por abordar el problema, han encontrado poca ayuda por parte de las autoridades locales. Las promesas de solución han sido insuficientes y la situación continúa empeorando, incluso cuando han intentado comunicarse con las autoridades competentes, quienes no han llegado a una solución efectiva.
Darling Del Prado expresó: “al rededor desde el mes de octubre aproximadamente se bloqueó la vía, sabemos que es una vía de acceso que descongestiona la parte céntrica de la ciudad, pero que esta es la única forma que tenemos, para hacernos visibles y cómo decirle al Distrito que necesitamos que solucionen”.
Desesperados por una respuesta, la comunidad ha decidido tomar medidas extremas. Están en espera de una próxima reunión con las autoridades competentes y afirman: “Que de hacer caso omiso estas entidades nos tomaríamos la avenida de los estudiantes e iniciaríamos cualquier otro proceso para que ellos nos puedan solucionar”.
Además están dispuestos a hacer todo lo necesario para que su voz sea escuchada y se tomen medidas concretas para resolver este problema que afecta no solo a su familia, sino a toda la comunidad del barrio José Antonio Galán.
Mientras tanto, siguen enfrentando día a día las consecuencias de vivir en un ambiente contaminado y poco saludable, con la esperanza de que pronto se encuentre una solución definitiva a esta problemática que ha afectado sus vidas de manera significativa.
