En la mañana de ayer, el pueblo guajiro le dio el último adiós, despue de ser puesto en cámara ardiente en la universidad de La Guajira y en el palacio municipal; donde se desempeñó como rector y alcalde respectivamente.
Asimismo, en la misa oficiada en la catedral, el partido Conservador Colombiano, la administración municipal y la departamental, entregaron sendos pergaminos a sus familiares, en agradecimiento de gratitud, al hombre que le sirvió a sus coterráneos sin interés. Sólo el interés marcado de soñar con una Riohacha más prospera y más justa.
Muy conmovedoras las palabras de su Álvaro, en medio de la misa, que le agradeció al pueblo guajiro la admiración y respeto que tenía por su padre “papi no llores más, mi abuelo está con Dios en el cielo, mirándote y protegiéndote”, eso le dijo su hijo de pocos años, segundos después de haber muerto en las afueras de un centro asistencial”.
Finalmente, dijo que su señor padre pareciera que sospechaba que se iba morir, “pero hasta el último minuto se preocupó por dejar la casa y dejar la nevera llena, pero es una eminencia el saber que con todas las dificultades de salud siguió luchando por su economía y por mantener a la familia estable”.
Los restos mortales fueron a descansar en paz en el cementerio central de Riohacha. Álvaro Romero Effer falleció a edad de 72 años, un hombre que le sirvió a la sociedad hasta donde pudo.