Los árboles frutales como el mago dan sombra y fruto que apaciguan el hambre de cualquier persona. Este es un aporte de los pueblerinos a Riohacha.
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Con la llegada a Riohacha de los habitantes de los pueblos, llegaron muchas cosas buenas, entre ellas: los frutos del campo, árboles frutales  y sus profesionales que ahora se han esparcido en toda las esfera de la sociedad riohachera.

Desde los años 30 la ciudad comenzó a ser visitada por los agricultores oriundos de caseríos de: Juan y Medio, Tomarrazón y Las Palmas, entre otros; quienes traían los frutos del campo en mula.

«Eran los que traían los frutos del campo, lo transportaban en mula por los caminos reales. En esa época había un sitio conocido como El Portón donde vivía la familia Guerra De Armas. Riohacha llegaba hasta la calle Ancha, de ahí para allá era puro monte y éstas tierras comenzaron a poblarla los pueblerinos», indicó el periodista Enrique Herrera Barros.

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Marcos Barros Pinedo.
Marcos Barros Pinedo.

Entre los años 40 y 50 la vivienda que se convirtió en la embajada de los pobladores de Las Palmas, Cascajalito y Los Moreneros, fue la residencia de Rita Pinedo, ubicada en la calle 8 con carrera 6, señora madre del periodista Marcos Barros Pinedo.

Los terrenos donde los pueblerinos construían sus casas eran lotes  grandes donde había espacio para sembrar en los patios árboles frutales y que con el paso del tiempo, también, los plantaron en los frentes de las residencias; oxigenando la naturaleza y ofreciendo sombra para el transeúnte.

Esos árboles frutales se pueden evidenciar en gran magnitud cuando se recorre la ciudad desde la calle 10 en adelante. Hoy Riohacha tiene más de 100 calles y se observan los frutos como el mango en todas partes. Según la Unicef, si un niño se come un mango con un vaso de leche, apacigua el hambre.

En muchas ocasiones esos mangos son recogidos, por indígenas de la etnia Wayúu para llevárselo para su comunidad y así disfrutan de la cosecha, al igual que muchas personas en sectores subnormales de la ciudad que también hacen lo mismo.

Los aldeanos también fueron construyendo sus viviendas cerca de la vía para donde quedan sus pueblos, los que no olvidan y a los que asisten cada año a las fiestas patronales.

Los pueblerinos de la zona sur; es decir, los nativos de los corregimientos de Camarones y del corredor minero, al igual los que hoy pertenecen al municipio de Dibulla, se estacionaron en la zona sur del distrito, fundando barrios como: Rojas Pinilla, San Martín, Che Guevara, Las Tunas, Libertador, La Pajará, IPC, Cooperativo, Edison Deluque Pinto, entre otros.

En cambio los que descienden de los corregimientos de la zona nororiental, fueron poblando los barrios: 7 de Agosto, 15 de Mayo, Boca Grande, La Esperanza, 31 de Octubre, San Francisco, Calancala, Luis Eduardo Cuellar, José Arnoldo Marín, Nuestra Señora de los Remedios, entre otros.

Los pueblos han aportado a la ciudad muchos profesionales en diferentes ramas, al igual que el mayor número de mandatarios por elección popular y con ello, han hecho su aporte al progreso de la ciudad.

Wilder Antonio Ríos Rojas
Wilder Antonio Ríos Rojas

«Nosotros los pueblerinos le hemos aportado mucho más al crecimiento y a la proyección de la ciudad que los mismos riohacheros raizales», indicó el exalcalde Wilder Antonio Ríos Rojas.

En el último proceso político se apoderaron de 16 de las 17 curules que conforman el Concejo y dos escaños de la Asamblea de La Guajira, a los que siempre les aporta la ciudad a la Duma Departamental. En la actualidad el alcalde es del corregimiento de Camarones, poblado que le ha aportado a la capital cuatro mandatarios.