Angustia por el posible derrumbe de casas
Los residentes de la calle 27A, entre las carreras 14 y 14A, en los barrios Nuestra Señora de los Remedios, Villa Ziruma y Los Olivos de Riohacha, expresan su preocupación ante la amenaza de un posible colapso de varias viviendas. El origen del problema radica en una zanja profunda, excavada como parte de un proyecto de alcantarillado, que junto con las intensas lluvias ha debilitado la estructura de las casas en la zona, poniendo en peligro a cerca de 20 inmuebles, generando una crisis que parece no tener fin.
Daños estructurales evidentes
Las excavaciones, que alcanzan hasta siete metros de profundidad, han provocado serias afectaciones en las viviendas. Los residentes han denunciado grietas en las paredes, colapso de terrazas y desaparición de sardineles. Además, algunas familias han reportado movimientos en las estructuras de sus hogares, lo que incrementa el temor a un derrumbe inminente.
Detalles del proyecto y su ejecución
El proyecto en cuestión tiene como objetivo optimizar el colector principal del sistema de alcantarillado sanitario de dichos barrios. Aqualia Riohacha es la empresa contratante, mientras que la ejecución y supervisión están a cargo de Ingea. A pesar de que la obra estaba planificada para iniciar en octubre de 2023, los trabajos en terreno comenzaron recién en febrero de 2024. Desde entonces, los plazos se han extendido más allá de lo esperado, afectando gravemente la calidad de vida de los residentes.
Paralización de la obra sin explicación
Uno de los puntos más preocupantes para los habitantes fue que en días pasados se paralizaron inesperadamente las obras por más de un mes, sin comunicación previa por parte de Ingea. La falta de avances ha contribuido al deterioro acelerado de las viviendas. Las fuertes lluvias han exacerbado los problemas, causando debilitamiento en los cimientos, lo que ha confinado a las familias a sus hogares, afectando gravemente su vida diaria y la movilidad en la zona.
Impacto en la comunidad: caos y temor
La ejecución desordenada del proyecto ha traído consigo una serie de problemas adicionales. Los andenes han quedado suspendidos en el aire, las rejas y terrazas de varias casas han colapsado, paredes agrietadas y dos postes de electricidad están a punto de caer.
Los establecimientos comerciales han tenido que cerrar sus puertas debido a la crisis ambiental y estructural en la zona. Recientemente, un vecino sufrió un accidente al caer en una de las zanjas, lo que refleja el grave peligro que enfrenta la comunidad. Además, los malos olores de las aguas residuales han afectado la salud de los vecinos, la aparición de ratas y abundante cucarachas.
Varias familias, como la de Arnoldo Gil y Angelis Vangrieken, ya han desocupado sus viviendas por el peligro inminente de derrumbe. El clamor de la comunidad es que se tomen medidas urgentes antes de que ocurra una tragedia. La Guajira Hoy, LGH, quiso dialogar con algunas familias afectadas y nadie quiso entregar declaraciones por sentirse amedrentadas por el contratista.
Respuesta del contratista: ‘No hay peligro de derrumbe’
En contraste, Andrés Escorcia, representante de Ingea, asegura que la obra será entregada antes del 15 de octubre, un mes antes del plazo estipulado. Escorcia manifestó que ha asumido personalmente el compromiso de culminar la obra cuanto antes para evitar más complicaciones. ‘El tema se volvió personal’, afirmó.
Sobre los daños en las viviendas, Escorcia asegura que ‘no hay ningún peligro de desbarranco’ y que los ingenieros estructurales están realizando los acompañamientos necesarios. También reconoció haber entregado un auxilio de arriendo a una familia que decidió desocupar su casa por miedo al derrumbe, cubriendo el alquiler de viviendas alternativas para garantizar su seguridad mientras se completan los trabajos.
La comunidad, sin embargo, sigue exigiendo una solución integral, que incluya reparaciones estructurales adecuadas, antes de que se agrave aún más la crisis.