El Mercado Viejo se convirtió en una laguna
-Publicidad-
-Publicidad-

Ayer miércoles el día amaneció nublado y con una temperatura fresca en el casco urbano de Riohacha, este panorama después se tradujo en un torrencial aguacero que duró unos 20 minutos aproximadamente. Sin embargo, solo bastó ese corto tiempo para que una vez más los ciudadanos se quejaran por las calles inundadas que no permitían el libre tránsito.

En el sector del Mercado Viejo, un manjol destapado se convirtió en un improvisado alcantarillado pluvial que recogía los litros de agua que caían en las calles. Para los peatones era difícil cruzar, tuvieron que empaparse el calzado y parte de su ropa para llegar a su destino. Al escampar, el agua lluvia había creado un pequeño jagüey en una zona que proyecta ser la cara comercial del Distrito Especial Turístico y Cultural.

En la carrera ocho con calle 12, los transeúntes podían ver sus rostros en el tranquilo pozo que se había formado. Se las arreglaron para cruzar la calle; allí no hubo rejillas de alcantarillados que pudieran salvarles la patria.

-Publicidad-
-Publicidad-
En la calle 12 frente a la Secretaria de Salud Departamental también el agua se estancó.
En la calle 12 frente a la Secretaria de Salud Departamental también el agua se estancó.

En el barrio Luis Eduardo Cuellar, las rejillas del alcantarillado están desubicadas y ya se ven oxidadas por el paso del tiempo, se convierten en una trampa para todo tipo de vehículo y apenas alcanzan a recoger el agua de las precipitaciones.

El sistema de alcantarillado pluvial en la calle Ancha se ve funcionando bien; sin embargo, cúmulos de residuos sólidos impiden que operen de manera óptima.

El secretario de Obras Públicas del Distrito, Julio Vega, aseguró que a este sistema se le ha hecho el mantenimiento adecuado: “Hemos hecho limpieza para remover las basuras que se encuentran en el interior y estamos pendiente de que lo que tenemos en la ciudad se mantenga bien para que no afecten mucho las aguas lluvias a los ciudadanos”, aseguró.

Sin duda alguna ayer se vio el sufrimiento de los habitantes de Riohacha, quienes sueñan con un Distrito Turístico que maneje y controle la llegada de las precipitaciones.